12 de abril de 2008

Sobre el Tiempo Calendario en el I Ching

Después de mucho trajinar con todo el material disponible, intento escribir una pequeña especulación, aún inconclusa, sobre lo que para mi, y hasta el momento, es la manera de relacionar un hexagrama obtenido en una consulta que contemple la variable temporal y el Calendario, de manera de poder determinar con precisión a que "tiempo" se refiere la respuesta obtenida.
Como muestra de los resultados de mi investigación, "cuelgo" aquí unos gráficos con los diferentes elementos analizados y un esquema final que intenta sintetizar los resultados obtenidos.


Este primer esquema representa el Orden atribuido al Rey Wen de Chou, a quien también se le atribuyen los juicios o Dictámenes de los hexagramas. En este esquema los trigramas se distribuyen asignándolos a los puntos cardinales y a las estaciones, así como a las horas del día.



Este segundo esquema superpone al Diagrama del Cielo Posterior la distribución de las 12 Ramas Terrestres del Calendario Tradicional chino, que se utilizaban para contar los años, los meses, las doce horas dobles e incluso los días. La Rama I representa el primer año y la primer hora doble del día, donde la medianoche es el punto medio.
Históricamente la Rama I no corresponde al primer mes del año sino que cincide con el mes que incluye el Solsticio de Invierno. (Las fechas en el diagrama son aproximadas)



El Diagrama Calendario donde se representa el Ordenamiento del Cielo Posterior de los trigramas, las horas del día, los meses y las fechas aproximadas (indican el punto medio de cada sector), las Ramas Terrestres, las estaciones y los puntos cardinales.

Dice el Shuo Kua o Discución de los Trigramas (Versión de Richard Wilhelm) (1)

“CAPITULO II

Dios se manifiesta al surgir en el signo de Lo Suscitativo; hace que todo sea pleno en el signo de lo Suave; deja que las criaturas se perciban mutuamente con la mirada en el signo de Lo Adherente (de la luz); hace que mutuamente se sirvan en el signo de Lo Receptivo; da alegría en el signo de Lo Sereno; lucha en el signo de Lo Creativo; se afana en el signo de Lo Abismal; los lleva a la consumación en el signo del Aquietamiento.”
El comentario de Wilhelm:

“…Los signos quedan aquí desprendidos de su ordenamiento antinómico por pares, y se muestran en la secuencia temporal de su manifestación e ingreso en los fenómenos del curso cíclico del año…

…Se combinan los puntos cardinales con las estaciones del año…

“Todos los seres surgen y se manifiestan en el signo de lo Suscitativo. Lo Suscitativo se ubica en el Este. Llegan a su plenitud en el signo de lo Suave. Lo suave se ubica en el Sudeste. Plenitud significa que todos los seres devienen puros y plenos.

Lo Adherente es la claridad en medio de la cual todos los seres se perciben mutuamente con la mirada. Es el signo del Sur. El hecho de que los santos sabios orientaran su rostro hacia el Sur cuando auscultaban el Sentido del reino del mundo, significa que ellos se volvían hacia lo claro para su actuación. Evidentemente se guiaron por este signo.

Lo Receptivo significa la Tierra. Ella cuida de que todos los seres sean alimentados. Por eso está dicho: “El hace que se sirvan mutuamente en el signo de Lo Receptivo.”

Lo Sereno es el pleno otoño que alegra a todos los seres. Por eso está dicho: “El los alegra en el signo de Lo Sereno.”

“El combate en el signo de Lo Creativo.” Lo Creativo es el signo del Noreste. Significa que aquí lo Oscuro y lo Luminoso se excitan mutuamente. Lo Abismal significa el agua. Es el signo del Norte exacto, el signo de los afanes, hacia el que todos los seres se sienten atraídos. Por eso está dicho: “El se afana en el signo de Lo Abismal.”

El Aquietamiento es el signo del Noroeste, donde se consuma el comienzo y el fin de todos los seres. Por eso está dicho: “El los consuma en el signo del Aquietamiento.”
Wilhelm amplía:

“Aquí se ponen en consonancia el curso del año y el curso del día...

...Los signos se adjudican a las estaciones del año y a los puntos cardinales, sin esquematismos…

…Comienza a agitarse la primavera y con ello entran en la naturaleza la germinación y el retoñar. Esto corresponde al amanecer del día. Ese despertar se atribuye al signo de lo Suscitativo, Chen, que como trueno y fuerza eléctrica mana de la tierra. Luego llega la brisa suave del aire que renueva el mundo vegetal y viste de verdor a la tierra. Esto corresponde al signo de lo Suave, lo Penetrante, Sun. Sun tiene por imagen tanto el viento que disuelve el rígido hielo invernal, como también a la madera que se desarrolla orgánicamente. El efecto de este signo es que las cosas vayan fluyendo, por decirlo así, hacia el interior de sus formas, se desarrollen y crezcan hasta formar lo que en el germen estaba prefigurado como su forma. Llega entonces la culminación del año, el centro del verano, el estío, y llega también respectivamente, en el curso del día, el mediodía. Aquí se halla el signo Li, lo Adherente, la luz. Aquí los seres se advierten mutuamente con la mirada. Lo orgánico vegetativo se va transformando en lo anímicamente consciente…

…Seguidamente llega la maduración, la sazón de los frutos del campo, conferida por K’un, la Tierra, lo Receptivo. Es la época de la labor de la cosecha, del recíproco servicio. Sigue luego el centro del otoño bajo el signo de lo Sereno, Tui, el cual en su calidad de otoño conduce el año a su maduración y alegría, tal como también actúa el anochecer con respecto al día. Llega entonces el tiempo severo que exige una demostración de lo que se ha rendido y realizado. Se percibe el juicio en la atmósfera. Desde la Tierra los pensamientos retornan al Cielo, a lo Creativo, Ch’ien. Se libra una lucha. Precisamente cuando se hace cargo del gobierno lo Creativo, en los efectos externos es la oscura fuerza de Yin la que cobra máxima potencia. Por eso en este punto se excitan mutuamente lo Oscuro y lo Luminoso…

…Sigue entonces el invierno con el signo de lo Abismal, K’an. K’an, situado en el Norte – el sitio de lo Receptivo en el ordenamiento premundano –, tiene por símbolo la quebrada de un valle. Llega el esfuerzo de la recolección en los graneros. Así como el agua no elude ningún esfuerzo, sino que siempre se dirige hacia el lugar más hondo, por lo cual todo confluye hacia su corriente, así el invierno en el curso del año, y la medianoche en el curso del día, son tiempo de concentración, de recogimiento. Misteriosamente significativo es el signo el Aquietamiento, Ken, que tiene por símbolo la montaña. Aquí, en el profundo ocultamiento de la quietud en lo interior del grano de semilla, se anuda el fin de todas las cosas con un nuevo comienzo. Muerte y vida, perecer y resucitar, son las ideas que sugiere el tránsito del año viejo al año nuevo.

De este modo queda cerrado el ciclo. Tal como en la naturaleza el día o el año, así cada vida, cada ciclo vivencial constituye un nexo mediante el cual lo viejo se anuda con lo nuevo…”

(1) I Ching El Libro de las Mutaciones - Ed. Sudamericana 7º edición 1985 - ISBN 950-07-0085-9

Tegularius

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